Estamos a muy poco de cerrar un año completo de sorpresas y cambios de paradigma. Si algo aprendimos de este 2020 fue a comprender y valorar mejor algunos elementos básicos que nos atraviesan a todos por igual: el valor del tiempo, la importancia del estar unidos, lo esencial del amor y la familia y, por sobre todo, aprender a cuidar de nosotros y del otro.
Comprender que somos finitos, que todo puede cambiar de un día para el otro o simplemente encontrarse con las emociones a flor de piel, es sin lugar a dudas, un click hacia la reflexión y el pensamiento del aquí y ahora.
Esta búsqueda, existencial por momentos, nos puede provocar ansiedad, estrés e incluso angustia, que se traduce luego en molestias físicas o malestares emocionales. Es por esto que tener las herramientas básicas para poder controlar nuestra montaña rusa de emociones cada vez se vuelve más importante y ejercicios como la meditación comienzan a tener relevancia para volver a centrarnos y encontrar el equilibrio.
En esta nota te comentaremos sobre 6 claves de meditación para principiantes para adentrarte en un lugar de paz y descanso mental:
Meditación
Te lo hemos contado en algunas notas para aliviar el estrés – o en la reciente sobre Cerámica: relax y deco en casa -, la meditación es sin lugar a dudas una herramienta increíble, completa de beneficios para la mente.
Desde disminuir la ansiedad y el estrés, mejorar la concentración (relacionado también a lo que te contamos en Detox digital), mejorar el ánimo y por lo tanto la estabilidad emocional, mejorar la calidad del sueño y el descanso (perfecto para quienes padecen de insomnio o sienten que su descanso no es bueno) y por sobre todo, nos vuelve más empáticos al conectar con la esencia misma del ser humano. También la meditación ayuda a relajar tensiones musculares, reducir en algunos casos la presión sanguínea y activar determinadas zonas del cerebro.
Claro que todos estos beneficios aparecen una vez realizada una práctica continuada y optimizada a través del tiempo.
Primero, ¿qué necesito?
Ropa cómoda
Si son tejidos naturales, aún mejor. Prendas sueltas que te permitan sentarte cómoda por unos 30 minutos sin sentir presiones por elásticos o por lo ajustado que estén. Recordá también quitarte relojes, pulseras, anillos o incluso la goma del pelo para estar completamente liberada.
Un rincón tranquilo
Con el tiempo y dedicación, meditar será una tarea fácil y aplicable incluso en medio de un gran concierto. Sin embargo, al comienzo, un rincón silencioso y tranquilo aporta la energía perfecta para practicar. Si algo te interrumpe es probable que no encuentres una concentración plena y no completes correctamente el proceso. Si para este proceso no utilizas tu smartphone (a través de alguna app o similar) lo mejor será que lo coloques en modo avión para no distraerte con notificaciones o llamadas.
Postura
Para meditar lo mejor es mantener una postura erguida, en lo posible sentada con las piernas en postura de loto, las manos con las palmas hacia arriba apoyando las muñecas en las rodillas. De esta manera se evitan tensiones en el cuello y hombros.
Para conservar la espalda recta lo ideal es sentarse en un almohadón especial de meditación, así podrás mantener la postura fácilmente y sin cargar la espalda.
Respiración
La meditación en sí misma pasa en gran medida por la respiración. Enfocar tus pensamientos en como inhalas por la nariz y exhalas por la boca. Es normal que encuentres distracciones externas o incluso pensamientos que te alejan de tu objetivo principal de meditar. Es común, la clave se encuentra en identificarlos, dejarlos ir y volver a respirar.
Esta práctica simple de meditación busca encontrar el presente, centrar la mente en el aquí, ser consciente de lo que nos rodea, nuestro cuerpo y nuestra mente. Logrando esto, el sentimiento de calma es inmediato y como consecuencia se llega a un estado de tranquilidad perfecto para continuar con tu rutina.
Si necesitas más ejercicios o querés probar otros formatos, en esta nota te contamos sobre técnicas de mindfulness para complementar tu meditación.
Tiempo
No existe en sí mismo una sugerencia de tiempo para meditar. Cada quien encontrará su momento y su espacio temporal para poder realizarlo. Existen meditaciones guiadas de diez minutos o incluso algunas de un minuto.
Sin embargo, para comenzar siempre se sugiere un mínimo de diez minutos diarios. Es probable que con el tiempo y disciplina puedas alcanzar una meditación profunda durante 30 o 50 minutos sin esforzarte.
Disciplina y rutina
Realmente la diferencia entre quienes logran ese estado de equilibrio está en aquellos que toman la meditación como un ejercicio diario. Como te comentábamos anteriormente, no es necesario disponer de 50 minutos para hacerlo. Comenzar con 10 minutos e ir aumentando progresivamente está bien.
Los mejores horarios para meditar son al comienzo del día o al finalizar una jornada de trabajo. Una vez que integres esta práctica al día a día te encontrarás con mayor energía, tolerancia, bienestar y productividad.