Para algunos la comida más importante del día, para muchos el comienzo de la jornada: el desayuno es uno de esos momentos cotidianos que nos importa, nos marca el ritmo del día y nos da la energía suficiente para terminar de despertarnos y comenzar.
El desayuno es exactamente lo que indica la palabra: «des-ayunar», romper con el ayuno. Si bien el ayuno tiene sus mitos y verdades y cada vez cobra más relevancia entre profesionales de la alimentación y deportistas de alto nivel, el desayuno sigue siendo la comida más importante del día y como tal, uno de los momentos que deberíamos dedicar mayor atención.
Casi como una especie de ritual, el mismo debe cumplir ciertas reglas para poder adquirir realmente su valor: el tiempo, el entorno y los alimentos.
El tiempo que tomes para tu desayuno es muy relevante. Un desayuno apurado, por más sano que sea, es el equivalente a un desayuno pobre. La clave está en tomarse los minutos suficientes para poder alimentarse tranquilamente, esto ayudará a una mejor digestión y permitirá que controlemos mejor las cantidades que vamos a consumir.
También tendrá mucha importancia tomar el desayuno en no más de los 45 minutos siguientes a despertarse ya que cuanto más rápido se obtengan los nutrientes requeridos por el organismo, mejor se podrá comenzar el día. Al igual que elegir un entorno agradable para hacerlo, evitando que sea frente a la televisión o un lugar con distracciones o incomodidades.
Claro que los alimentos que se eligen para esta instancia también forman parte de lo esencial, ya que se considera que un buen desayuno debe aportar un 20% o 25% del total de calorías diarias y, en general, suele componerse de un lácteo, una fuente de proteína, hidratos de carbono y fruta como aporte de fibra y vitaminas.
En esta nota te contamos algunas ideas saludables para agregar o sustituir en tu desayuno y comenzar el día con energía:
Jugos verdes
Seguramente has escuchado de estos boost de energía llamados jugos verdes. Se trata de unos jugos en base de vegetales verdes que aportan clorofila, fibra, antioxidantes y grandes cantidades de nutrientes, contribuyendo entre otras cosas a los procesos depurativos, diuréticos y nutricionales de nuestro cuerpo.
En general son acompañados de algunas verduras como zanahorias, pepino o apio, y también se les agrega frutas como ananá, manzana, kiwi o frutillas para darle un sabor más dulce. Suelen agregarse también algunas rodajas de jengibre, especias como canela o clavos de olor e incluso algunos valientes que agregan dientes de ajo.
Estos jugos son excelentes para formar parte de tu desayuno ya que contemplan beneficios desintoxicantes, adelgazantes y nutricionales, a la vez que contribuyen a la generación de glóbulos rojos (esenciales para la renovación de tejido y crecimiento), neutralizan sustancias no tan positivas para nuestro organismo y hasta incluso ayuda a los malos olores corporales gracias a la clorofila que contienen las hojas verdes.
Te compartimos dos recetas sencillas para que puedas incursionar en los jugos verdes y observar lo beneficioso que se convierten para tu cuerpo rápidamente:
Jugo de pepino, apio y manzana.
- 1 pepino
- 1 manzana verde
- 1 pera
- ½ apio
- 1 rodaja de jengibre fresco
- 1 vaso de agua
Este jugo aporta abundantes minerales y vitaminas y, gracias a sus propiedades hidratantes, es excelente para la piel.
En una licuadora se procesan todos los elementos juntos y con un tamiz se filtra toda la pulpa dejando solamente el jugo proveniente de las verduras y frutas.
Jugo de espinaca, limón y zanahoria.
- 2 tazas de espinaca sin tallo
- 1 limón
- ½ zanahoria
- 1 vaso de agua
Este jugo ayuda a reducir niveles de colesterol y azúcar en sangre, además de ser un gran depurador para el hígado y órganos digestivos. Incluso funciona como diurético natural e hidrata y protege la piel.
El procedimiento es igual al anterior.
Leches vegetales
Otra alternativa al café con leche diario podría ser un café con leche vegetal. Las leches vegetales (de soja, almendras, coco, maní, arroz, avena, entre otros) están comenzando a ser cada vez más utilizadas para retirar los lácteos del desayuno. Si bien cada caso es particular y deberá consultarse con su nutricionista, este tipo de bebidas resultan para muchos menos pesadas que la leche de vaca tradicional y un excelente sustituto.
En este caso, estas leches vegetales no contienen lactosa ni colesterol, son bajas en grasas y aportan grasas mono y poliinsaturadas beneficiosas para el corazón. Además contienen altas cantidades de vitamina B y una relación equilibrada de sodio y potasio.
Se considera a la leche de soja como la más cercana (en aportes nutricionales) a la leche de vaca, seguida por la leche de almendras, que aporta buenas cantidades de calcio, hierro, magnesio y fibra.
Todas éstas son muy fáciles de realizar en casa, aunque también podés encontrarlas en supermercados.
Leche de almendras
Para 1 litro de ésta, necesitarás:
- 150 grs de almendras crudas
- 800 ml de agua
El procedimiento es sencillo:
- Se colocan las almendras en remojo por, mínimo, 8 horas. Lo ideal son 24hs cambiando el agua cada 8.
- Una vez completado el remojo, en un recipiente con agua muy caliente se dejan reposar por 10 minutos para poder luego pelarlas fácilmente.
- Una vez peladas, en la licuadora, se colocan las almendras y el agua y se procesan por 2 minutos aproximadamente hasta lograr una consistencia líquida.
- Logrado esto, con un tamiz se cuela la mezcla para que salga todo el líquido (leche de almendras).
Esta receta dura aproximadamente 2 días en la heladera, por lo que podrás considerar menores o mayores cantidades dependiendo cuanto se vaya a consumir.
*Probar nuevas alternativas a tu desayuno es una excelente idea, sobre todo en los días de calor que se vienen. Previamente a cambiar tus hábitos alimenticios es muy importante que lo consultes con tu médico o nutricionista.