Si algo tiene la filosofía budista es el poder de dejarnos lecciones sobre simpleza, minimalismo y equilibrio.

El budismo es considerado una filosofía espiritual que comprende una variedad de tradiciones y prácticas espirituales atribuidas a Buda Gautama. Se cree originario del siglo VI y por lo tanto es una de las doctrinas más antiguas de la humanidad.

Es justamente su antigüedad lo que la convierte en una de las más valoradas de la cultura oriental. Sus enseñanzas nos ayudan a comprender algunos significados de la vida que van más allá que lo que nuestra cultura occidental nos ha enseñado.

Aunque el éxito y la felicidad son conceptos subjetivos, en esta nota te compartimos algunas lecciones para lograr el camino hacia ambos:

Permití el vacío

 

 

Vivimos en un mundo que constantemente nos invita a mantenernos activos. Desde los conceptos de «ser productivo» hasta la inmensa cartera de entretenimiento que nos aguarda en nuestro smartphone.

Una de las frases típicas de nuestra era es: «No tengo tiempo». ¿Quién tiene tiempo? ¿Quién tiene tiempo para pensar?

El tiempo suele ser un factor difícil de controlar. Nos presionan en el trabajo, en el hogar, y la propia sociedad. Pasamos gran parte de nuestras vidas «ocupados», prestando nuestro tiempo. Inmersos en una rutina densa, perdemos de vista nuestra esencia, nuestro yo verdadero y por lo tanto, la auténtica felicidad.

Permitirte el vacío supone que te des tiempo para la nada. Para no pensar. Solo despejar la mente, sin dejar que te atrape la idea de tener que hacer algo o cumplir con algo.

Se trata de una forma de lograr el equilibrio, de una mente en paz, de cambios sutiles. A medida que lo consigas notarás que tu conciencia sobre el presente es mayor. Este es el primer paso para una vida más simple.

Disfrutá del aire de la mañana

 

 

Cuando pensamos en el budismo, muchas veces se nos vienen a la mente esos monjes budistas cuya humildad y simpleza son admirables. Jóvenes y ancianos vestidos con ropajes grises o naranjas, que caminan descalzos y siempre tienen una sonrisa.

Una de las lecciones de estos monjes es lograr mejorar las técnicas de respiración (además claro de su estricta dieta). Éstos suelen levantarse entre las 4 y 5 am para llenarse los pulmones del aire matutino, impoluto.

La contemplación, además de un amanecer que nos propone cambios de color y una brisa perfecta, es la clave para disfrutar del aire de la mañana.

Dejá los zapatos bien puestos

 

 

Es común ver en hogares orientales que al ingresar a la casa las personas dejan sus zapatos en la entrada. Hoy, luego de un año de cientos de recomendaciones de salud, sabemos lo importante que puede ser hacerlo.

De acuerdo a las tradiciones orientales, uno puede saber cómo es una familia de acuerdo a cómo están ordenados sus zapatos en el recibidor. Si están colocados perfectamente o si están desordenados, es un gran indicador de la actitud mental de los habitantes.

En el budismo existe una frase: «Prestá atención a lo que hay debajo de tus pies». Tiene un sentido literal aunque también implica prestar atención a los pasos que damos en nuestra vida.

En este sentido, dejar tus zapatos bien ordenados, ya sea junto a la puerta principal o simplemente cuando te los quites, es una tarea simple. Te ayudará a estar listo para dar un nuevo paso hacia la dirección que quieras emprender.

Deshacerte  de lo que no necesites

 

 

Te hemos hablado de esto, con otros nombres. En la cultura más occidental se conoce como decluttering e incluso lo hemos visto con las técnicas de Marie Kondo.

Cuando las cosas están trancadas o no salen del todo bien, tendemos a pensar que nos falta algo. En la filosofía budista, se nos propone, en lugar de adquirir, deshacernos de algo. Es el principio fundamental de vivir simplemente.

Deshacerse de lo material, de apegos sin sentido. Limitar tus pertenencias y, en definitiva, vivir ligero de equipaje. Es algo que también nos comparte el minimalismo.

Así como llorar después de un evento complicado, deshacerse de eso nos ayuda a liberar tensiones y recargar energías. El acto de eliminar, por más difícil que sea, nos puede ayudar a tener una actitud más despreocupada y encontrar la abundancia en la vida en otras cosas.

Elegí tus palabras favoritas

 

 

En el antiguo Japón, era muy común encontrarse en los hogares con una habitación que se le llamaba «tokonoma».

En este lugar había un pergamino enrollado y los habitantes del hogar podían reflexionar sobre el mismo cuando lo veían. Podría tratarse de una pintura, una escultura o simplemente un pergamino escrito, lo importante era contemplarlo.

Al igual que los zapatos a la entrada, la tokonoma era una forma de revelar la esencia del hogar y sus integrantes. De esta manera, podrías también plantearte la posibilidad de agregar en tu hogar una frase inspiradora. Una cita o una fotografía de alguien que admires, que te permita reflexionar.
La clave de esto será poder contemplarlo con tiempo, serenamente, para poder encontrar justamente un equilibrio entre la frase y tu esencia.